Diario La Exitosa, 26 de Marzo 2017.

LA ÉTICA DE LOS NEGOCIOS

La ética no es lo que vemos que hacen todos, ni lo que pide la sociedad que hagamos en un momento determinado, tampoco es observar reglas de mercado ni el cumplimiento de la Ley; sino más bien, podríamos decir que la ética intenta cubrir el espacio que hay en todo lo que sucede fuera del alcance de las normas o leyes del gobierno.

Y yendo más a fondo la ética de nuestros negocios será aquella que sintamos es la que queremos mostrar de nosotros como parte de nuestros principios y valores institucionales, aquéllos a través de los cuales queremos comunicarnos y transmitir al mercado, aquello que nos gustaría recibir y que por supuesto estamos dispuestos a dar.

Hemos dicho en un artículo anterior que hoy en día los clientes no buscan productos y/o servicios sino experiencias, con mucha mayor razón requerimos dar un espacio dentro de nuestros emprendimientos para mirar esta área que significa la ética en los negocios; y aunque muchos como Peter Drucker dijeran: “No existe una ética propia de los negocios ni hace falta tal cosa”, o, “Que la responsabilidad última de los directores de una empresa es no producir daño”.

Pues pienso que Drucker, con estas reflexiones nos quiso decir que la ética es una conquista de cada día; que el mundo traducido en el mercado en el cual interactuamos, es un ser vivo, que está en movimiento constante, produciendo cambios invariables; trayendo consigo la ardua tarea de mirar nuestros aciertos y desaciertos, de ir creciendo juntos hacia una mirada actual, una mirada humana, una mirada donde respetamos al otro, a nosotros mismos, y a nuestras instituciones; en toda la dimensión que estas palabras puedan tener. Sobre todo porque las empresas vienen históricamente vinculadas a la esclavitud, el colonialismo, la guerra fría; y actualmente como es de público conocimiento existen grandes corporaciones, en nuestro país, sobre las cuales se han descubierto hechos de corrupción, fraude, conspiración, malversación de fondos entre otras figuras delictivas. Sin embargo, previo a la comisión de un delito existen muchos temas éticos que los anteceden o se convierten en una antesala, como por ejemplo, los derechos y obligaciones entre una empresa y sus trabajadores, proveedores, clientes, vecinos, accionistas, las relaciones con otras empresas, espionaje industrial, evitar el pago de impuestos, contribuciones políticas, publicidad incompleta, diluir accionistas, compras hostiles, entre muchos otros.

Similares hechos que configuran delitos o se encuentran dentro del ámbito de la ética, se van dando en todos los tiempos en mayor o menor medida, es por esta razón que desde los años 70 y 80 las grandes corporaciones están buscando mostrar el lado ético de sus organizaciones creando códigos de ética y del mismo modo por parte de gobiernos y organizaciones internacionales el condicionamiento sutil sobre la observancia del llamado “Buen Gobierno Corporativo”, para la interacción en los mercados de capitales.

En este contexto y dando una mirada a lo que sucede a nuestro alrededor, resulta de vital importancia que nosotros como emprendedores nos ocupemos de construir nuestra ética institucional o filosofía empresarial, sustentada en nuestros valores y principios, en la energía que queremos transmitir en la circulación de nuestros productos y/o servicios en el mercado; además de que esto puede constituir un gran diferenciador y desde mi punto de vista el único camino que nos asegure la sostenibilidad en el tiempo para nuestro negocio.