En la última década del siglo XX, aparecen diversas iniciativas para investigar y medir, la actividad emprendedora, en la mayoría de los países del mundo, estas iniciativas sugieren que existe una relación positiva entre la actividad emprendedora y el crecimiento económico, proponiendo algunos al emprendimiento, como un factor central, debido a la capacidad del emprendedor de transformar conocimiento en conocimiento con valor económico; lo que lo convertiría en una figura indispensable en el mecanismo económico moderno.
Ciertamente muchos de los países de Europa incluso Estados Unidos, tomaron como una de las medidas para enfrentar la crisis financiera el impulso al emprendimiento con diversos dispositivos e incentivos y sobre todo bajo el reconocimiento del gran aporte que significan los emprendimientos, desde los más pequeños hasta los que suponen grandes inversiones y que sin embargo, siguen siendo emprendimientos.
En uno de nuestros artículos anteriores informamos que según el BID, el GEM - Global Entrepreneurship Monitor, entre otros, las motivaciones principales de un emprendedor son:
MOTIVACIONES DE UN EMPRENDEDOR
Deseo
Oportunidad
Necesidad
Ante estas motivaciones a mí me gustaría proponer una cuarta:
Responsabilidad social con la economía
Y ¿Por qué una motivación para emprender relacionada con la responsabilidad social con la economía?, pues justamente debido a la importancia que hemos descrito, sustentada en que el emprendimiento constituye uno de los motores principales para el crecimiento y sostenibilidad de una economía saludable; lo que, ciertamente nos interesa a todos y como tal quizá debamos mirar al emprendimiento como una posibilidad dentro de nuestra visión de vida, a través de la cual voy a contribuir con mi economía y a participar activamente en ella, ya que un emprendimiento es fuente de generación de riqueza, de empleo, de contribución al fisco, innovación, creatividad, entre otros.
No obstante, esto no se agota aquí ya que desde mi punto de vista, necesitamos algo que nos inspire y nos de la resolución necesaria para tomar la decisión de emprender y creo que esto pasa por conectarnos con el amor a nuestra patria; si vemos al emprendimiento como una posibilidad desde la responsabilidad que me compete como ciudadano, sustentada en el amor a mi patria, pues quizá podamos ver que ese amor a mi patria significa que me desprendo de mis egoísmos personales y pongo como prioridad los intereses comunes a todos, amor que también puede significar, que estoy comprometido (a) con el desarrollo económico de mi país, amor a la patria que puede traducirse en respeto a las reglas de juego que hay en mi país para convivir, amor a la patria que puede reflejarse en el cuidado de los recursos económicos y otros recursos que son de todos, sea cual fuere la posición que me toque desempeñar y finalmente amor a mi patria desde generar y mantener un país agradable, con valores, y con oportunidades para cualquier ser humano que habite en él.
Y con esto me despido mi querido emprendedor, agradeciéndote y felicitándote por ese profundo amor a la patria que tienes y que demuestras día a día con tu trabajo.
¡SIGAMOS HACIENDO PATRIA!
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