En el camino del emprendimiento, una de las cosas que más le cuesta al nuevo empresario es comprender el proceso de delegar; y es que un emprendedor suele tener como ya lo mencionáramos en un artículo anterior algo que yo llamo el espíritu de llanero solitario, con el cual inicia su negocio y en donde se ve solo haciendo todo y de todo, lo cual parece satisfacerle en un determinado momento, pero luego con el transcurrir del tiempo y al verse exhausto de tantas tareas y actividades, empieza a evaluar la posibilidad de contar con alguien más que integre su equipo y con quien pueda compartir tareas; sin embargo, en este proceso, pueden suceder muchas cosas desde decepciones hasta la decisión de cerrar la empresa por especular que nadie más hace las cosas como él y que definitivamente las personas de la zona son todas ineptas; y como no es posible avanzar sin un equipo, pues, simplemente se rinde, no puede más y resuelve dar por concluidos los sueños e ilusiones que lo llevaron a emprender.
En el artículo de hoy, mi querido emprendedor, quiero invitarte a que reflexionemos juntos sobre lo que significa, desde mi punto de vista el proceso de delegar; empezando por reconocer que delegar exige un determinado tiempo de maduración, en el cual se otorga al nuevo colaborador de la organización, responsabilidad y la libertad de tomar decisiones, pero para llegar a este punto, es preciso que previamente hayamos transitado por etapas en las cuales hemos apoyado, acompañado, dirigido y por último hemos delegado en la persona a quien hemos elegido, las responsabilidades, autoridad y la libertad de toma de decisiones para las funciones encomendadas.
Para ello quiero mostrarte el siguiente diagrama, inspirado en el modelo de liderazgo situacional de Hersey y Blanchard; que propone los pasos o etapas que debemos transitar para llegar a la posibilidad de delegar:
Como verás mi querido emprendedor, delegar autoridad, responsabilidad y toma de decisiones, en un colaborador dentro de la organización, implica un acompañamiento permanente, sin el cual esta posibilidad no existe; quizá ahora te des cuenta a qué se debe que te frustrabas y desilusionabas pensando que desde el primer minuto de contratar a una persona ésta ya sabría lo que tiene que hacer y mucho más podría seguramente leer tu mente y llegar a imitarte de manera perfecta.
Este artículo da para mucho más así que me comprometo en la próxima edición a ampliar un poco más el tema sobre todo en los aspectos de delegar autoridad desde la libertad y confianza.
¡Hasta la próxima querido lector!
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